Esta instalación es la segunda que emplea Nestlé España para obtener energía a partir de residuos alimentarios, tras la caldera de biomasa que la compañía puso en marcha en su factoría de café soluble de Girona en el año 2020.
En su camino hacia las cero emisiones netas, toda la energía eléctrica comprada a la red en las diez fábricas de la multinacional suiza en España “proceden ya de fuentes renovables.